He estado viendo un poquito del funeral de las víctimas del terremoto de Lorca y no sabía si reírme o cabrearme.
Lo de reírme no es por falta de respeto a las pobres víctimas y sus familiares; sino por la presencia de la Iglesia.
Por favor, que alguien me conteste para no reírme ni cabrearme: ¿Por qué nadie le pregunta al obispo (que está allí interpretando el papel de su vida) que qué hacen en un templo si ese dios no respeta ni los templos puesto que ha tirado uno? ¿Por qué nadie se cuestiona a qué viene el capricho de un todopoderoso que decide qué pueblo hay que destruir y a qué gente matar? ¿Cómo el obispo dice que va a rezar por el alma de una persona que ha sido despojada, caprichosamente, de su vida? ¿Cómo un dios que ha matado un cuerpo va a cuidar de un alma? ¿Es que para cuidar de un alma hay que dejar a un niño sin padre y a una mujer sin esposo? ¿Para qué quieren esa mujer y ese chaval que el alma del padre esté cuidada si no tienen el cuerpo que cuidaba de ellos? Si unos pueblos deben ser destruidos ¿Por qué no son destruidos todos? Si nos destruye por pecadores ¿Por qué no destruye el Vaticano? ¿Por qué mata a un niño en el vientre de su madre si no ha tenido tiempo a pecar lo que peca el más virtuoso de los cardenales?
Hago todas estas preguntas sabiendo que nadie me las va a contestar puesto que nunca tuvieron respuesta. Bueno, sí la tiene, pero es políticamente incorrecta y me la callo. Por tanto pido que nadie se crea que soy tonto. Lo que a mí me gustaría es que la gente no tuviera miedo a lo desconocido y se riera de todo este tinglado de la Iglesia como yo me río; seguro que viviríamos mejor si echáramos de nuestras vidas a todos los parásitos que viven a costa de sus mentiras y de nuestra ingenuidad.