Va de toros, es uno que le escribí a los toreros de los Carapapa.
Como podrá imaginarse
muero con un paseíllo:
es donde pongo to el arte,
es lo que a mí me da brillo.
Ese minuto callado
que tardo en cruzar el ruedo
siento un gran escalofrío
que huele a gloria y a miedo.
Pero fuera de esa plaza no es igual
y cuando yo me dispongo a pasear
voy con la seguridad
de que me van a embrujar
esas plazas que me muestra la ciudad.
San Antonio es como una revolera
Mentidero es como una chicuelina
Candelaria no es una plaza cualquiera
porque son pases de pecho sus esquinas.
Vuelta al ruedo es la Plaza de las Flores,
Plaza Mina es maestranza de chiquillos.
Que vivan todas mis plazas
porque allí vale un paseo
más que cuarenta paseíllos.