sábado, 21 de julio de 2012

Mala imagen

 

No me cansaré de decirlo: los obreros (es decir, los que trabajamos a cambio de salario, sueldo o jornal), lo que tenemos que hacer es trabajar, ayudar al país y nunca dar mala imagen con protestas, manifestaciones, cortes de tráfico y carajotadas de esas que no conducen a nada bueno; sólo a que nos miren mal desde el extranjero.

La imagen que proyectemos al exterior, debe ser pulcra e intachable para que a los otros países y a la Prensa Internacional, podamos dirigirnos sin complejos y pedirles disculpas por los fallitos sin importancia que tienen otros que no son obreros, pero que también dan la cara para superar esto que nos está pasando por culpa nuestra más que nada. De modo que tenemos que pedir un poco de consideración para los del caso Gürtel, para los que han construido aeropuertos sin aviones, para los que indultan a alcaldes corruptos, para los que legalizan viviendas y hoteles ilegales, para los que gastan el dinero público en viajes de placer, para los que se hacen monumentos a sí mismo, para los jueces que no creen que la Infanta tenga que declarar en un sucio asunto de su marido, para los que dicen que los ricos no tienen que arrimar el hombro para sacar España de la ruina, para los que no sienten complejos al aplaudir unas medidas económicas que sólo afectan a los que menos tienen o decir “Que se jodan” a los parados que pierden su ayuda económica; para los que asisten al hundimiento de un banco (y con él todo el país), y ven bien que ni se investigue de oficio por la Justicia ni se cree una comisión parlamentaria de investigación… Y un etcétera más o menos largo que, en suma, son pequeños pecados que no tienen, por supuesto, la repercusión negativa que puede tener un corte de tráfico o una huelga del personal de la basura.

domingo, 15 de julio de 2012

Carta a un votante equivocado

 

Querido votante: Ante todo quiero que sepas que estoy contigo en cuanto al cabreo que debiste sentir, cuando viste que al anterior presidente le dio la crisis en toda la cara y tardó en reaccionar; tanto que después tuvo que tomar medidas contra la clase trabajadora y los funcionarios. Lógicamente, después las urnas señalaron quién debía coger el timón y en esas estamos.

Si eres honrado, debes sentirte un poco mal. Ahora, si eres uno de esos carajotes (que los hay) que encima de pobre eres de derechas, entonces me retiro y ni siquiera me atrevo a hacerte algún comentario. Pero voy a suponer que eres de los primeros: un cabreado que quiso castigar con su voto a quien le falló; y quiero también suponer que a la vista de para lo que ha servido tu voto, debes estar más cabreado que antes; porque si el anterior se equivocó en tocarnos la cartera, ahora nos están tocando la cartera y, lo que es peor, los derechos. Y te estarás preguntando que por qué tienen que tocarnos los derechos si lo que necesitan es dinero; y habrás llegado a la conclusión de que están poniendo la ideología por encima de la deuda; y, claro, en una ideología neoliberal no cabe que haya una sanidad pública, ni enseñanza pública, ni acceso a la Universidad, ni ayuda a la dependencia… y, en fin, todo lo que se ha ido consiguiendo poquito a poco. También hay que meter aquí las vacaciones, la antigüedad, la baja maternal, las pagas extras y todo lo que la lucha obrera ha ido incorporando a nuestro acervo social.

Habrás comprobado, sin embargo, que los que ganan dinero con el tráfico de drogas y la muerte de los que no han sabido liberarse de ellas, están siendo tratados con mimo, respeto y consideración, mientras que un jubilado no puede ponerse una dentadura postiza o unas gafas para la presbicia, porque el IVA las encarece un 21%.

También te has dado cuenta o has oído que las treinta y cinco empresas del Ibex 35 tienen dinero negro en paraísos fiscales; aparte de cantantes, artistas, deportistas… y que la valentía de nuestro gobierno consiste en quitarles a los parados el derecho a un año de subsidio y a la Sanidad si no se la pagan ellos.

Por eso entiendo que estés cabreado pensando en que volvemos, como muy cerca, a los años sesenta; y que dentro de diez años tendremos gobiernos tecnócratas sacados de las clases altas; porque si los jóvenes hijos de obreros no pueden estudiar, pensarás, con razón, que todos los profesionales y todos los intelectuales serán los hijos de los de siempre; y que lo que hemos vivido durante veinte años ha sido un sueño del que sólo nos quedará la frase ‘fue bonito mientras duró’.

A pesar de todo, querido votante equivocado, no seré yo quien ponga en entredicho tu derecho a votar a quien te venga en ganas. Como dijo Cela: ‘cada uno se corre como quiere’.

¡Ah! se me olvidaba; no te creas más esa milonga de que hemos vivido por encima de nuestras posibilidades. Nadie puede hacerlo porque nadie nos regala nada. Cuando tú has querido comer langostinos de Sanlúcar, has tenido que poner el dinero en el mostrador; y si te has querido comprar un coche nuevo, el banco es quien te lo ha permitido dentro de tus posibilidades. Eso es una forma de tapar las malas gestiones de ellos y hacérnoslas pagar a nosotros.

Un abrazo.

Despedida

Espero haber tenido el tacto suficiente como para que esto te haya sabido a poco.

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