Me dio mucha pena de la selección holandesa.
Perder un partido siempre acarrea tristeza para el equipo que pierde; eso es inevitable. Pero para Holanda fue peor porque perdió una batalla; ese equipo no fue a jugar un partido contra España: fue a la guerra; y quien va a la guerra pone muchas más cosas en juego (o en liza) que quien va a jugar. Los jugadores holandeses no se comportaron como contrincantes deportivos, sino como enemigos furibundos; por eso, al perder, perdieron muchas más cosas que si hubieran perdido jugando.
Me dieron mucha pena.
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