El estado del bienestar ha engendrado un problema; y es que cada vez duramos más; y, por consiguiente, hay menos gente en edad de trabajar, dando de comer a jubilados que no se mueren nunca.
Eso nos lo venden los profesionales de la Medicina como un logro; y por supuesto lo es; porque no es lo mismo tener una esperanza de vida de sesenta años que de setenta.
Pero yo muchas veces me digo que qué diferencia hay entre morir con 85 que con 95, si esos diez años voy a servir para lo mismo: estorbar. El verdadero logro, el gran triunfo de la Ciencia es que nos alargaran, no la última parte de la vida que no sirve para nada, sino la de en medio: que uno llegara a los 60, con la misma agilidad que con 30. No llegar a los 90 con las mismas arrugas que tienes con 80. Si yo con cuarenta años tengo que ponerme gafas, las piernas empiezan a pesarme y la dentadura ya amenaza con negarse a comer kikos, entonces, el alargar la vida, por muy orgullosos que se sientan los médicos, más que un logro es una venganza; porque hasta los 95 años da tiempo a romper muchas gafas y muchas dentaduras; y el Seguro no las pasa.
En cierta manera estoy contigo, pero yo prefiero pagar a esos jubilados que no hacen nada, a mi, mi abuelo, por ejemplo, el tenerlo junto a mi y que me cuente sus cosas y me ayude, junto a mis padres, con consejos y la experiencia en la vida que tiene. Eso, no tiene precio ... nunca, absolutamente nunca me estorbarian mis padres o mis abuelos. Un saludo.
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