¿No sería bonito que a uno le rieran todos los chistes?
¿Y que fuera bien recibido siempre?
¿Y que le festejaran todos los platos que cocina?
¿Y que no tuviera que buscar amigos porque estos vinieran solos?
Pues estas cosas (y muchas más) serían posibles si nos criticáramos a nosotros más que a los demás.
haí lleva razón
ResponderEliminarSomos lo que somos, amigo, y nos cuesta trabajo remodelarnos; pero el intento de mejora merece la pena de ser experimentado y no hes bueno encerrarse en que uno es como es y no puede cambiar. Salud
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