Sé de sobras que no va a pasarles nada ni a los curas que han cometido esos crímenes ni a la Iglesia y sus gerifaltes. Tampoco los colegios religiosos van a quedarse sin niños aunque en todos se cometieran abusos, porque la gente de lo único que se preocupa es de que no le toquen el bolsillo.
Todo seguirá igual así se caiga el mundo. Pero a quienes no les perdonaré nunca estos despropósitos es a los gobiernos de mi país. Sé que no puedo hacer nada, pero cada vez que pueda les criticaré que sigan bajo palio.
El Cardenal Ratzinger fue durante muchos años el responsable, desde el Vaticano, de ocultar todos los casos flagrantes de pederastia trasladando a los curas delincuentes de parroquia en parroquia. No se me viene a la mente ningún calificativo que no se quede pequeño para las atrocidades que cometió este individuo. Posiblemente sea el Papa que mejor ha representado a la Iglesia en toda su historia.
ResponderEliminar"Haz lo que yo diga, no lo que yo haga"
Si existiera el infierno...
Estoy contigo.
ResponderEliminarTengo un amigo que los llama "pederostias".
ResponderEliminarMuy bueno lo de pederostias, Antonio.
ResponderEliminarYa en el 78, firmamos todos en la Constitución que España dejaba de ser un país confesional católico. Llevamos más de treinta años para borrar un adjetivo obsoleto. Así, ¿cómo vamos a incorporar con prontitud los conceptos de este siglo?
ResponderEliminar¿Sabéis qué me alegra de todo esto? Pues que la mayoría de los seguidores del Papa y que se dice creyente, no sabe ni por qué lo es, ni sabe qué significa ser creyente. Es una patulea de ignorantes que están imposibilitados de dar una explicación de por qué cree. Pero si la Iglesia se conforma con tener prosélitos de esa clase, allá ella.
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