Creo que hay mucha gente que no se da cuenta de que esto de ensayar unas letras y cantarlas en un teatro para competir por un premio, por muy buena voz que uno tenga, no tiene más importancia que la que le queramos otorgar. No creo que haya motivo para ir por ahí sacando pecho y mirando a los demás por encima del hombro.
Ya se sabe que la adolescencia es como es y una buena parte de los adolescentes de ambos sexos necesitan de mitos quizá porque quieren verse reflejados en ellos; y está claro que nadie puede imponer esos mitos, sino que cada chaval o chavala elige aquél que le cubre sus apetencias. Como vivimos en un mundo mediático y mediatizado, pues los mitos los elegimos de las esferas más ramplonas; así, vemos que un engendro como Belén Esteban (por poner un ejemplo) se convierte en una estrella cuyo único mérito consiste en que vende sus intimidades; es decir: en no tener vergüenza.
Pero cuando se mitifica a alguien que convive con nosotros; a alguien que quizá sea hijo de algún amigo al que uno respeta y aprecia, por el mero hecho de tener una voz bonita y, encima, la criatura se lo cree y saluda por la calle como queriendo perdonar la vida, sólo porque cuatro niñas aburridas le han aplaudido sin mesura, la cosa da un poco de pena.
Y uno puede ser un poco condescendiente y exclamar: “bueno, es un chiquillo”; pero cuando algunos de esos “chiquillos” ya pasan de los treinta…
En el ámbito de la educación, cada vez hay que defender más esa expresión de que uno es lo que comunica, aunque sea por omisión.
ResponderEliminarHay mucho debate sobre la importancia de educar en valores; me encantaría que también la hubiera sobre la detección de esos valores. ¿Verdaderamente sabemos cuáles son y dónde están?
El término "valores" es ambiguo y subjetivo: mis valores no tienen por qué coincidir con los tuyos.
ResponderEliminarPero hay algunos que son objetivamente necesarios; tales como el esfuerzo, el afán de superarse a sí mismo, el respeto al entorno y al mundo que hemos heredado...Valores sin los cuales es difícil una convivencia sana.