Cuando murió el Perola y empezó la transición hacia la Democracia, yo me temí lo peor; y a cada momento pensaba con cierto temor que España se iba a convertir en un país aburrido como el resto de países de Europa.
Menos mal que nada más probar dos o tres veces la novelería esa de votar, todo ha vuelto a su cauce y volvemos a ser los cachondos que siempre fuimos, que nos gusta colarnos en todas partes, enchufar a nuestro cuñao del alma, intentar sobornar a los alcaldes, dejarnos sobornar si somos alcaldes, votar por intereses personales y no por antiguas ideologías, comprar a los jueces si hace falta, dejarse comprar siendo juez, dejar que se vuelvan a enchufar las personas decentes y de derechas que siempre lo estuvieron, dejar que los curas sigan dictando leyes, llenar las calles de procesiones con acólitos que para qué mierda van a necesitar libros, permitir que nos eduque la televisión, que es la que debe y sabe, vencer al adversario político no haciendo política sino difamando...
Gracias a Dios hemos vuelto a ser felices condenando a quienes quieran enterarse de dónde están sus familiares enterrados desde que los mataron, que hay que ver lo pesados que están algunos queriendo recordar el pasado y queriendo recuperar a los hijos que vendieron en los hospitales por hacer una obra de caridad...
A todo eso, es decir, a la tranquilidad, hemos vuelto gracias a que hemos recuperado el Norte que estábamos perdiendo por culpa de algunos rojos que nos metieron en el coco que eso de votar y elegir representantes era bueno. No sabe esa gente que un país sin corrupción va mas lento que un ford de pedales. ¿Y los puestos de trabajo que se crean gracias a la corrupción? La honradez no va con nosotros porque pensamos que tarde o temprano nosotros estaremos en el sitio adecuado; que es muy difícil andar con azúcar y no chuparse el dedo. Así que lo mejor es que dejemos vivir. eso sí que no se le ocurra a nadie quitarnos el fútbol.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tú no te cortes, di lo que quieras.