Ha dicho alguien (alguien del Comercio, esos que siempre están llorando), que en el muelle no había mujeres vestidas de piconera para recibir a los turistas.
¡Cuán razón lleva! cómo vamos a esperar que vengan turistas a Cádiz si nuestras mujeres no lucen las galas de piconera.
Porque ya sabemos que la mujer gaditana, de toda la vida, y hasta que murió el que murió, que es el que cuidaba esas cosas, ha hecho picón dos o tres veces a la semana para que no faltara en la casa. Es lo tradicional y eso hay que respetarlo.
Yo recuerdo que mi santa esposa, antes de casarse, tuvo que hacer el Servicio Social, encima de Segundo y Rosita, para aprender a servir bien a su marido (a los hombres nos enseñaban cómo pegar sin dejar marcas) y al mismo tiempo que le enseñaban a bordar los ternos de cama, le enseñaban a hacer picón y a bailar los “Duros antiguos”, que lo enseñaba Paquita Briceño, para bailarlo en los muelles a los forastas. Todo eso se ha perdido y es una verdadera pena. Y la culpa de todo la tiene Bibiana Aído.
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