Verán; es que el otro día sentime poeta y quise dedicar una composición al enhiesto surtidor de la fuente de las Brigadas Amarillas. Senteme para tal fin en uno de los cómodos bancos que hay delante de nuestras señas de identidad (las Puertas de Tierra), y no se veía el orgulloso chorro; lo tapaba un armatoste que a alguien se le ha olvidado allí. Ni siquiera me paré a examinarlo por si era una obra de arte o de orate; lo que sí sé es que es un estorbo que alguien del Ayuntamiento tiene que mandar quitar y multar duramente a quien va dejando tiestos por cualquier parte.
Cádiz tiene pocas cosas bonitas como ciudad pequeña y pobre que es, pero lo poco que tenemos no vamos, encima, a taparlo con lo primero que encontremos. Un poco de respeto: eso es peor que una cagada de perro; lo digo por el tamaño, claro.
Eso que es un experimento de la nasa jjejjejej
ResponderEliminarSr. Duque, le ruego acepte mis disculaps. Son la tijeras de limpiá el pescao, que me se habían perdio. Mil perdones.
ResponderEliminarPo quítalas, hijo; y ponlas en el despacho que más te guste.
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