No sé por qué en otras cuestiones se cumple la Constitución, y en materia religiosa, no.
Ella deja muy clarito que el Estado no tiene religión oficial; entonces ¿Por qué tenemos que soportar que las instituciones oficiales sigan participando como tales en acontecimientos religiosos? Si un concejal o todos quiere salir en una procesión, que lo haga; pero el Ayuntamiento no debe hacerlo. Si cualquier político quiere participar en cuantos actos religiosos quiera, puede hacerlo; pero ningún representante autonómico, presidente o alcalde, debe representar a su institución en un desfile que no sea organizado por los poderes civiles. Ni el ejército debe rendir armas ante ningún símbolo religioso, porque el ejército está para matar en nombre del Pueblo, no en nombre de los dioses. Tampoco debe estar autorizado que se emplee el Himno Nacional para la salidas de procesiones que nada tienen que ver con la política de una nación ni con su gobierno.
A ver si nos enteramos de una vez: el que quiera abrazar una religión cualquiera, que lo haga, pero, por favor, que nadie obligue a los demás que eso es dictadura.
Efectivamente y, según el propio texto del 78, el Estado queda definido como aconfesional. Tal vez por error, se ha malinterpretado la palabra, y se ha entendido como que "a confesional" no nos gana nadie, y que ahí estamos todavía, cediendo terreno cortesmente ante la multinacional sotanera. Cae en picado el mercado inmobiliario, pero el negocio de venta de parcelas en el cielo sigue dejando beneficios a sus accionistas.
ResponderEliminarq arte HUGO!!
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