Esto ya todo el mundo lo tiene más que sabido, pero no es malo repetirlo por si a alguien se le olvida: los que tienen dinero pueden permitirse el lujo de ser sinvergüenzas y seguir disfrutando del respeto de particulares e instituciones.
Conozco a uno (de quien no puedo decir su nombre porque me quedaría sin trabajo y tengo hijos) que a pesar de ser un canalla que presume de hacer turismo sexual y de “montárselo” con cubanitas de 15 años, goza de la amistad de profesionales de todo tipo: periodistas, empresarios, políticos, intelectuales…Todo el mundo sabe de qué pie cojea, porque Cádiz es pequeño y nos conocemos casi todos, pero nadie le da de lado. ¿Te imaginas que eso lo hiciera alguien tieso como tú y como yo? Pero bueno, hay que ser optimistas, torres más altas han caído.
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