No creas, seguidor mío, que soy un desagradecido y un egoísta.
Resulta que quien tiene Internet en casa es mi hijo; él tiene el modem en su alcoba. Yo lo tengo a través de una red inalámbrica, pero la señal, como tiene que atravesar el pasillo y el salón, me imagino que se cansará mucho y algunas veces hará “noche” en el sofá, porque casi nunca me llega; y cuando lo hace, es débil, poco tiempo y muy tarde (1’30 ó 2 de la mañana) y a esa hora apenas tengo tiempo de atender el correo y poco más. Por eso no he investigado todavía cómo me puedo declarar “seguidor” de quienes siguen a su vez este blog.
Espero que esto se solucione y todos estaremos en contacto; que no hay nada más bonito que compartir sensaciones entre amigos. Salud
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