Querido votante: Ante todo quiero que sepas que estoy contigo en cuanto al cabreo que debiste sentir, cuando viste que al anterior presidente le dio la crisis en toda la cara y tardó en reaccionar; tanto que después tuvo que tomar medidas contra la clase trabajadora y los funcionarios. Lógicamente, después las urnas señalaron quién debía coger el timón y en esas estamos.
Si eres honrado, debes sentirte un poco mal. Ahora, si eres uno de esos carajotes (que los hay) que encima de pobre eres de derechas, entonces me retiro y ni siquiera me atrevo a hacerte algún comentario. Pero voy a suponer que eres de los primeros: un cabreado que quiso castigar con su voto a quien le falló; y quiero también suponer que a la vista de para lo que ha servido tu voto, debes estar más cabreado que antes; porque si el anterior se equivocó en tocarnos la cartera, ahora nos están tocando la cartera y, lo que es peor, los derechos. Y te estarás preguntando que por qué tienen que tocarnos los derechos si lo que necesitan es dinero; y habrás llegado a la conclusión de que están poniendo la ideología por encima de la deuda; y, claro, en una ideología neoliberal no cabe que haya una sanidad pública, ni enseñanza pública, ni acceso a la Universidad, ni ayuda a la dependencia… y, en fin, todo lo que se ha ido consiguiendo poquito a poco. También hay que meter aquí las vacaciones, la antigüedad, la baja maternal, las pagas extras y todo lo que la lucha obrera ha ido incorporando a nuestro acervo social.
Habrás comprobado, sin embargo, que los que ganan dinero con el tráfico de drogas y la muerte de los que no han sabido liberarse de ellas, están siendo tratados con mimo, respeto y consideración, mientras que un jubilado no puede ponerse una dentadura postiza o unas gafas para la presbicia, porque el IVA las encarece un 21%.
También te has dado cuenta o has oído que las treinta y cinco empresas del Ibex 35 tienen dinero negro en paraísos fiscales; aparte de cantantes, artistas, deportistas… y que la valentía de nuestro gobierno consiste en quitarles a los parados el derecho a un año de subsidio y a la Sanidad si no se la pagan ellos.
Por eso entiendo que estés cabreado pensando en que volvemos, como muy cerca, a los años sesenta; y que dentro de diez años tendremos gobiernos tecnócratas sacados de las clases altas; porque si los jóvenes hijos de obreros no pueden estudiar, pensarás, con razón, que todos los profesionales y todos los intelectuales serán los hijos de los de siempre; y que lo que hemos vivido durante veinte años ha sido un sueño del que sólo nos quedará la frase ‘fue bonito mientras duró’.
A pesar de todo, querido votante equivocado, no seré yo quien ponga en entredicho tu derecho a votar a quien te venga en ganas. Como dijo Cela: ‘cada uno se corre como quiere’.
¡Ah! se me olvidaba; no te creas más esa milonga de que hemos vivido por encima de nuestras posibilidades. Nadie puede hacerlo porque nadie nos regala nada. Cuando tú has querido comer langostinos de Sanlúcar, has tenido que poner el dinero en el mostrador; y si te has querido comprar un coche nuevo, el banco es quien te lo ha permitido dentro de tus posibilidades. Eso es una forma de tapar las malas gestiones de ellos y hacérnoslas pagar a nosotros.
Un abrazo.